Eine Karte und Eindrücke / un mapa y impresiones
Soviel mal vorweg, die Etappe ist kein Highlight der Tour. Ich zitiere mal aus der Beschreibung : Die häufigsten Wälder werden aus Beton sein, die häufigsten Wege aus Asphalt, und die damit verbundenen und die begleitenden Geräusche werden die des Verkehrs einer modernen Stadt sein.
Zusätzlich war der Plan, die achte Etappe in zwei kürzere Etappen aufzuteilen, damit ich nicht am folgenden Tag nicht mehr als 30 Kilometer Wegstrecke habe. In Bilbao glaubte ich alles was für mich wichtig war gesehen zu haben. Dazu kam, dass ab dem Mittag des folgenden Tages Regen gemeldet war. Also Wanderschuhe an, ich habe auch keine anderen mit und los geht es.
Zu Beginn bin ich nochmal die Punkte der Tour "Bilbao modern" abgelaufen um von den Gebäude hübsche Bilder in die Stadtbeschreibung stellen zu können. Der Spaziergang am Fluss auf den ersten Kilometern ist noch sehr schön. Dann geht es den ersten Berg den Monte Kobeta hoch, ein Anstieg von 190 Metern. Nach Kilometer 6,5 von der Altstadt bin ich oben, nach 75 Minuten. Auf der anderen Seite im Tal liegt eine alte Industrieruine und da führt der Weg auch hin. 190 Meter Abstieg. Der Rio Cadagua bildet hier die Stadtgrenze nach Barakaldo. Also über die Brücke und wieder steile 200 Meter hoch. Die Sonne scheint und ich bin froh mit leichtem Gepäck zu laufen. Bei Kilometer 9,7 ist die kleine Kapelle Santa Agueda erreicht.
Von hier an geht der Weg langsam abwärts nach Barakaldo. Es geht nur noch über Asphalt bis Portugalete. Die Stadt hat über 100.000 Einwohner und der Weg führt lange, lange Zeit durch die Stadt. Für ein bisschen Abwechselung sorgt ein hübscher Park, es ist Samstag, die Sonne scheint und der Park ist gut besucht. Ich empfinde hier die Atmosphäre ruhiger als in manchem Park Zuhause, den ich mal Samstags mit dem Rad durchquert habe. Es ist auch top sauber hier.
Am Ortsausgang führen zwei Wege nach Portugalete. Eine Dame die vom Einkaufen kommt rät mir den für mich optisch kürzeren Weg über Sestao zu nehmen. Ich folge dem Rat, schön ist aber auch diese Strecke nicht. Ich bin dann froh als die bekannte Hängebrücke von Portugalete in Sicht kommt. Ich hole mir den Stempel für den Pilgerpass von Portugalte in der Touristeninfo, frage nach den Rückfahrgelegenheiten nach Bilbao und gehe auf etwas zu essen und trinken in eine Bar. Gerade drin kommt der erste heftige Regenguss. Es wird kurz trocken, ich marschiere zum Bahnhof, bin gerade drin als ein Unwetter losbricht. Vielleicht passt oben jemand auf die Pilger auf ?
En primer lugar, esta etapa no es un punto destacable del recorrido. Cito de la descripción : los bosques mas comunes seran de cemento; los senderos mas habituales, los de asfalto y baldosa, y los sonidos que le acompanaran, los de trafico y la urbe moderna.
Además, el plan era dividir la octava etapa en dos etapas más cortas para no tener que recorrer más de 30 kilómetros al día siguiente. En Bilbao, pensaba que ya había visto todo lo que era importante para mí. Al día siguiente estaba previsto que lloviera a partir del mediodía. Así que me puse las botas de senderismo, no llevaba otras conmigo, y me puse en marcha.
Para empezar, volví a recorrer los puntos del tour "Bilbao moderno" y saque algunas fotos bonitas de los edificios por la descripción de la ciudad. El paseo a lo largo de la ría durante los primeros kilómetros sigue siendo muy bonito. Luego subimos el primer monte, el monte Kobeta, una subida de 190 metros. Después del kilómetro 6,5 desde el casco antiguo, alcanzo la cima en 75 minutos. Al otro lado del valle hay una antigua ruina industrial y ahí es donde nos lleva el sendero. Un descenso de 190 metros. El río Cadagua forma aquí el límite de la ciudad con Barakaldo. Paso el puente y subo otros 200 metros. El sol brilla y estoy contento de correr con una mochila ligera. En el kilómetro 9,7 llego a la pequeña ermita de Santa Águeda.
Desde aquí, el camino desciende lentamente hasta Barakaldo. Así que cruzo el puente y subo otros 200 metros empinados. El sol brilla y estoy contento de andar con una mochila ligera. En el kilómetro 9,7 llego a la pequeña ermita de Santa Águeda. Desde aquí, el camino desciende lentamente hasta Barakaldo. Hasta Portugalete sólo hay asfalto. La ciudad tiene más de 100.000 habitantes y la ruta la atraviesa durante mucho, mucho tiempo. Un bonito parque proporciona un poco de cambio, es sábado, el sol brilla y el parque está concurrido. El ambiente aquí es más tranquilo que en algunos de los parques de casa por los que he pedaleado en sábado. Además, está muy limpio.
Al final del pueblo, dos caminos llevan a Portugalete. Una señora que viene de las tiendas me aconseja tomar el camino más corto por Sestao. Sigo su consejo, pero esta ruta tampoco es bonita. Me alegro cuando veo el famoso Puente Bizkaia de Portugalete. En el centro de información turística me sellan la credencial de peregrino, pregunto por el viaje de vuelta a Bilbao y me dirijo a un bar para comer y beber algo. Justo dentro, empieza el primer chubasco fuerte. Se seca brevemente, camino hasta la estación de tren y justo estoy dentro cuando se desata una tormenta. ¿Quizás alguien está cuidando a los peregrinos arriba?