Eine Karte und Eindrücke / un mapa y impresiones
Um 9:15 Uhr starte ich die Etappe in Valbucar. Der Wetterbericht ist eindeutig, es wird zwischendurch Regen geben, die Frage ist nur wann und wieviel ? Mit dem Gefühl, ich brauche die Regensachen sowieso, muss ich auch kein Tempo machen, es nutzt ja nichts. Nach knapp einem Kilometer bin ich von der Unterkunft in Valbucar wieder auf dem Camino.
Die erste Wasserstelle nutze ich gleich mal um meine Vorräte aufzufüllen. Kurze Zeit später teilt sich dann die Strecke, es gibt eine Abzweigung für die Pilger die nach Oviedo laufen und von dort den Weg über den Camino Primitivo, dem ersten Pilgerweg fortsetzen. Für mich geht es jetzt aber erstmal nach Gijon.
Kurze Zeit später treffe ich auf den ersten Pilger des Tages. Er heißt Markus und kommt aus Tschechien und dort aus Prag. Er spricht gut Deutsch und wir plaudern die nächsten Kilometer. Nach 2,8 Kilometern oder eine halben Stunde Wegezeit für mich fallen dann die ersten Tropfen. Es geht über einen Waldweg, der schon reichlich Pfützen ausweist. Nach einer weiteren halben Stunde wird der Regen stärker. Markus möchte sich regenfester anziehen, er hatte schon vorher gesagt, dass Ihm mein Tempo zu schnell ist und so verabschieden wir uns.
Ich ziehe dann kurz danach unter dem Schutz einer Autobahnbrücke auch meine Regenhose an und packe meinen Rucksack regenfest ein. Bei 7,7 Kilometern auf einer Höhe von 160 Metern geht es dann spürbar aufwärts. Zuerst über eine Straße, dann über einen kleinen asphaltierten Weg. Hier wird es durch den Regen langsam rutschiger und es geht weiter aufwärts. Dann geht der Untergrund in einen Waldboden über, große Stein sind dazwischen und diese sind auch höllisch glatt. Ich denke mir, wenn das auf der anderen Seite so runtergeht, bekomme ich Spaß. Ich bin auch einer der wenigen Pilger hier, der ohne Wanderstöcke läuft. Bevor es aber abwärts geht, geht es weiter aufwärts. Die nächsten Pilger die ich einhole, kommen aus Russland, Moskau. Wir reden kurz auf Englisch, laufen dann aber getrennt weiter aufwärts. Es wird mir schon richtig warm. Bei 490 Höhenmetern ist der Scheitelpunkt erreicht und 10,3 Tageskilometer stehen auf der Uhr. Die größte Teil des Anstieges war aber schon knapp 800 Meter vorher beendet.
Die nächsten Kilometer geht es dann wieder bergab, dankenswerter Weise über eine Straße ohne Rutschgefahr. So laufe ich allein weiter, reserviere mir gerade mal einen Tisch fürs Abendessen, was man unterwegs halt so macht. Nach 14,4 Kilometern und ziemlich genau 3 Stunden Laufzeit kommt ein größeres Restaurant in Sicht. Da ist allgemeines Pilgertreffen neben ein paar Einheimischen. Drei Amerikaner, zwei Russen, eine Französin und ich. Ich bestelle mir ein Tortilla Baguette mit Chorizo, die anderen Pilger, Amerika und Frankreich waren vor mir da, hatten Baguettes bestellt, so dauert alles eine Weile. Ich habe aber wohl Glück dabei. Als ich um ein Uhr die Bar wieder verlasse sind die Straßen regennass, es hat wohl kräftig geschüttet.
Ein paar hundert Meter weiter erklärt mir der Mann eines älteren Paares die an Ihrem Haus arbeiten, dass es nur kurz den Berg, der vor mir liegt hinaufgeht und dann nach Gijon hinab. Eigentlich sei ich schon da. Wir flachsen noch ein wenig, dann mache ich mich wieder auf den Weg. Es folgt der zweite knackige Anstieg des Tages, Auf einem Waldweg geht es steil bergauf, insgesamt 200 Höhenmeter. Über den Weg kommen mir kleine Bäche entgegen, es ist wieder rutschig und schlammig, ich nehme Tempo raus und steige gemütlich auf.
Von oben gibt es nochmal einen schönen Blick aufs Tal und dann in die andere Richtung auf Gijon. Da bin ich bei Tageskilometer 17. Um 14 Uhr habe ich nach der Mittagspause gerade mal 4,1 Kilometer geschafft, aber das ist dem Anstieg geschuldet. So geht es langsam bergab Richtung Gijon. Die Stadt ist im Blick, aber wirklich näher kommt das Zentrum nicht. Es geht erst nochmal einen Kilometer über eine nicht asphaltierte Straße, dann durch ein Wohngebiet das nicht enden will. Auffällig ist das alle Grundstücke oder auch Straßen abgesichert oder versperrt sind. Insgesamt dauert es noch 9,4 Kilometer, vom ersten Blick auf die Stadt, bis zur Ankunft im Hotel. Das liegt direkt neben dem Fußballstadion von Gijon in dem 1982 dieses traurige Gekicke stattfand.
Empiezo la etapa en Valbucar a las 9.15 de la mañana. La previsión meteorológica es clara, habrá lluvia de por medio, la única pregunta es cuándo y cuánta. Con la sensación de que necesitaré el chubasquero de todas formas, no tengo que ponerme un ritmo rapido, es inútil. Tras algo menos de un kilómetro desde el alojamiento en Valbucar, estoy de nuevo en el Camino.
Aprovecho el primer punto de agua para reponerla. Poco después, la ruta se divide, hay un desvío para los peregrinos que caminan hacia Oviedo y desde allí continúan por el Camino Primitivo, la primera ruta de peregrinación. Yo, en cambio, me dirijo ahora hacia Gijón. Poco después, me encuentro con el primer peregrino del día. Se llama Markus y viene de Praga, en la República Checa. Habla bien alemán y charlamos durante los siguientes kilómetros. Después de 2,8 kilómetros, o media hora de camino para mí, empiezan a caer las primeras gotas. Tomamos una pista forestal, que ya tiene bastantes charcos. Al cabo de otra media hora, la lluvia se hace más intensa. Markus quiere ponerse más ropa impermeable, ya había dicho de antemano que mi ritmo era demasiado rápido para él y así nos despedimos.
Poco después, al amparo de un puente de la autopista, me pongo los pantalones de lluvia y preparo mi mochila impermeable. Después de 7,7 kilómetros a 160 metros de altitud, la ruta asciende notablemente. Primero por una carretera y luego por un pequeño sendero asfaltado. Aquí poco a poco se vuelve más resbaladizo debido a la lluvia y la ruta continúa cuesta arriba. Entonces la superficie cambia a un suelo de bosque con grandes piedras en medio, que también son resbaladizas como el infierno. Pienso para mis adentros: si baja así por el otro lado, me voy a divertir. Además, soy uno de los pocos peregrinos que camina sin bastones. Pero antes de bajar, sigue subiendo. Los siguientes peregrinos con los que me reúno son de Rusia, de Moscú. Hablamos brevemente en inglés, pero luego seguimos cuesta arriba por separado. Ya estoy entrando en calor. La cumbre se alcanza a 490 metros de altitud y el reloj marca 10,3 kilómetros para el día. Sin embargo, la mayor parte del ascenso ya se había completado casi 800 metros antes.
Los siguientes kilómetros vuelven a ser cuesta abajo, afortunadamente por una carretera sin peligro de resbalones. Así que continúo por mi cuenta, reservando una mesa para cenar, que es justo lo que se hace por el camino. Después de 14,4 kilómetros y casi exactamente 3 horas de marcha, veo un gran restaurante. Hay una reunión general de peregrinos y algunos lugareños. Tres americanos, dos rusos, una francesa y yo. Pido una baguette de tortilla con chorizo, los otros peregrinos, América y Francia llegaron antes que yo, habían pedido baguettes, así que todo tarda un poco. Pero probablemente tengo suerte.
Cuando vuelvo a salir del bar a la una, las calles están mojadas por la lluvia, debe de haber llovido a cántaros. Unos cientos de metros más adelante, el marido de una pareja de ancianos que están trabajando en su casa me dice que sólo queda subir la montaña que tengo delante y luego bajar hasta Gijón. En realidad, ya estoy allí. Charlamos un rato y vuelvo a ponerme en marcha. Sigue la segunda subida empinada del día, por una pista forestal, 200 metros en total. Me cruzo con pequeños arroyos por el camino, está resbaladizo y embarrado de nuevo, así que bajo el ritmo y subo sin prisas.
Desde la cima hay otra hermosa vista del valle y luego en la otra dirección, hacia Gijón. Estoy en el kilómetro 17 del día y a las 14.00 horas sólo he recorrido 4,1 kilómetros después de la pausa para comer, pero eso se debe a la subida. La ruta desciende lentamente hacia Gijón. La ciudad está a la vista, pero en realidad no me acerco al centro. Primero rodamos otro kilómetro por una carretera sin asfaltar y luego por una zona residencial que no quiere terminar. Se nota que todas las propiedades y carreteras están aseguradas o bloqueadas. Tardamos un total de 9,4 kilómetros, desde la primera vista de la ciudad, en llegar al hotel. El hotel está situado justo al lado del estadio de fútbol de Gijón, donde tuvo lugar este triste partido entre Alemania y Austria en 1982.