Eine Karte und Eindrücke / un mapa y impresiones
Mit dem Wissen, dass es heute eine kurze Etappe von ca. 15 Kilometer ist, lasse ich mir beim Frühstück viel Zeit. Der Himmel ist am Morgen bewölkt, also muss ich auf hohe Temperaturen auch keine Rücksicht nehmen. Um 8:45 Uhr mache ich mich auf den Weg. Nach zwei Kilometern liegt der Ort Melide hinter mir. Bevor es in ein erstes Waldstück geht, komme ich noch an einem Andenkenladen vorbei, an dem ich mir auch meinen Pilgerpass abstempele. 50 Kilometer steht auf dem Stempel, die verbleibende Distanz nach Santiago de Compostela.
Schon auf den ersten Kilometern ist zu erkennen, dass der Camino Primitivo mit seiner Abgeschiedenheit, Geschichte ist. Straßenlärm, eine höhere Anzahl an Pilgern und die erste Bar nach 3 Kilometern, sind die deutlichen Anzeichen, hier hat sich etwas verändert. Klar, in Melide treffen der wenig frequentierte Camino Primitivo und der am häufigsten gepilgerte Camino Frances aufeinander. Dazu kommen noch die Pilger der letzten 100 Kilometer dazu.
Nach 6,8 Kilometern führt der Camino mal wieder durch ein Dorf und an der Kirche gibt es wieder einen Stempel. Verlassene Dörfer gibt es nicht mehr und die Kirchen sind geöffnet, auch um den Pilgerpass zu stempeln. Die Strecke verläuft bis dorthin auch mehr oder weniger eben und es geht vorwiegend durch schattenspendende Waldstücke.
Kurz darauf kommt mal ein sportlicher Abschnitt, also mit einem längeren Anstieg. Bei Kilometer 8,3 ist auch das geschafft. Von dieser Stelle ist die Wegführung nur noch über Asphalt. Es geht über kleine Nebenstraßen an Wohnhäusern vorbei, mit leichten An- und Abstiegen durch eine grüne Landschaft. Nach 9,7 Kilometern mache ich an einem ehemaligen Bauernhaus, das heute zu einem Restaurant umgebaut ist, eine Kaffeepause. Hier treffe ich wieder mal auf die Pilgertruppe aus der Extremadura. Zusätzlich sind auch Familien mit ihren jugendlichen Kindern hier. Der Camino wird so zum Familienwanderweg. Das ist dann auch mein Eindruck auf den nächsten Kilometern. Wieder taucht die Frage in meinem Kopf auf, ist das Pilgern, ist es eine Kirmes oder bin ich auf der Gran Via in Madrid ?
Ganz fotogen ist die kleine Siedlung Ribadiso. Es geht über eine hübsche Brücke, vorbei an einem Hotel und einer Herberge. Hier bekomme ich auch einen Merkzettel für den Pilger Gottesdienst um 18 Uhr in Azura. An die kleine Siedlung grenzen auch fast schon die ersten Häuser von Arzua, meinem Etappenziel. Den letzten Kilometer geht es noch an einer Hauptstraße entlang, bevor ich den Ortskern erreiche.
Sabiendo que hoy es una etapa corta de unos 15 kilómetros, me tomo mi tiempo para desayunar. El cielo está nublado por la mañana, así que no tengo que preocuparme por las altas temperaturas. A las 8:45 h me pongo en marcha. Tras dos kilómetros, dejo atrás la localidad de Melide. Antes de adentrarme en el primer bosque, paso por una tienda de recuerdos, donde me sello el carné de peregrino. El sello indica 50 kilómetros, la distancia que me queda hasta Santiago de Compostela.
Ya en los primeros kilómetros se nota que el Camino Primitivo, con su aislamiento, es historia. El ruido de la carretera, un mayor número de peregrinos y el primer bar a los 3 kilómetros son señales claras de que aquí algo ha cambiado. Es evidente que en Melide se unen el poco transitado Camino Primitivo y el Camino Francés, el más frecuentado por los peregrinos. A esto se suman los peregrinos de los últimos 100 kilómetros.
Después de 6,8 kilómetros, el Camino vuelve a atravesar un pueblo y en la iglesia hay otro sello. Ya no hay pueblos abandonados y las iglesias están abiertas, también para sellar la Credencial. Hasta allí, el trayecto es más o menos llano y discurre principalmente por bosques que proporcionan sombra.
Poco después hay un tramo más exigente, con una subida más larga. En el kilómetro 8,3 ya está superado. A partir de aquí, el camino discurre únicamente por asfalto. Se pasa por pequeñas carreteras secundarias junto a casas, con ligeras subidas y bajadas a través de un paisaje verde. Después de 9,7 kilómetros, hago una pausa para tomar un café en una antigua granja que hoy se ha convertido en un restaurante. Aquí me encuentro de nuevo con el grupo de peregrinos de Extremadura. Además, también hay familias con sus hijos adolescentes. El Camino se convierte así en una ruta de senderismo familiar. Esa es también mi impresión en los siguientes kilómetros. De nuevo me surge la pregunta: ¿esto es peregrinar, es una feria o estoy en la Gran Vía de Madrid?
La pequeña aldea de Ribadiso es muy fotogénica. Se cruza un bonito puente, se pasa por delante de un hotel y un albergue. Aquí también me dan un folleto informativo sobre la misa para peregrinos que se celebra a las 18:00 h en Azura. Las primeras casas de Arzua, mi destino de hoy, ya se divisan desde esta pequeña aldea. El último kilómetro discurre por una carretera principal antes de llegar al centro del pueblo.